Polémica sobre crucifijos: sacar las cosas de quicio

Nos encontramos ante la enésima polémica que afecta a la Religión, en esta caso a los símbolos religiosos. Se utilizan verbos como ofender, discriminar, dividir...para hacer referencia a la presencia en un centro público de Valladolid, de crucifijos, que por cierto, parece que estaban colgados en dichas aulas desde los años 20.

Las diversas reacciones a esta sentencia, están dejando al descubierto que el tema religioso todavía no es abordado en clave democrática, ni con sosiego; más bien al contrario, se oyen voces como la de algún responsable de los padres y madres en los que afirma que hay que retirar los crucifijos y de paso eliminar la clase de religión... sólo le ha faltado decir que dado que la catedral de Valladolid está inconclusa, que la conviertan en un centro de ocio.

Los que nos movemos en el ámbito educativo, sabemos que una de las palabras clave de nuestra labor docente es el respeto. Respeto en este caso para el creyente en una o en otra religión, respeto para el no creyente y respeto para el que no lo tiene claro. Y aquí hay que recordar, que a pesar de que algunos medios y colectivos se empeñen en afirmar lo contrario, los partidarios de la presencia de lo religioso en la vida pública, aun siendo mayoritarios, no buscan imponer a nadie una creencia u otra, sino que democráticamente piden expresarse, o recibir una formación en la escuela conforme a sus creencias.

No podemos decir lo mismo de las plataformas, minoritarias, pero perfectamente organizadas, y con mucha influencia mediática, que buscan sencillamente que la religión desaparezca de la vida pública, de la escuela... como si fuera una infección muy mala de la que ellos van a salvar a la sociedad entera de sus negativas consecuencias. Es bueno que estos colectivos se muevan en claves más relajadas, con sentido común, incluso con un  poco de humor...

Eso sí, hagamos un frente común para eliminar las verdaderas infecciones que nos debilitan como sociedad moderna y democrática, como son la violencia en sus múltiples aspectos, la pobreza, la injusticia, la falta de libertad... y en el ámbito educativo, el fracaso escolar, la falta de respeto hacia la labor docente, la falta de inversiones etc. Y por favor, no saquemos las cosas de quicio.

Fernando Jorajuría Zabalza
Federación de Enseñanza de USO- Navarra

 

Back to top