Ciertamente el porcentaje va disminuyendo poco a poco y desde luego son varias las lecturas que se pueden hacer en clave de botella medio vacía o medio llena.
En pocas realidades cercanas donde a los niños y jóvenes le toca optar, tanto en su vida escolar como personal, podemos obtener ese dato cercano al 80%. ¿Qué porcentaje participa activamente en actividades organizadas de carácter cultural, político, en organizaciones sociales, juveniles...?. En general, en esos espacios hay poca presencia joven, y ya de paso, tampoco hay muchos adultos que digamos...
Hay un dato que no debemos olvidar, y es que el alumnado que opta por Religión, sabe que en clase debe estudiar, realizar trabajos etc. con un rigor similar al de cualquier otra asignatura; mientras sus compañeros y compañeras que no optan, “se lo pasan mejor” ya que todos sabemos en qué consiste normalmente la alternativa a la Religión.
Un dato para la reflexión de todos, es valorar desde el ámbito exclusivamente educativo (al margen de cuestiones ideológicas), el papel que debe tener y tiene, la asignatura de Religión en el sistema educativo, ya que favorece la formación integral, evita los fundamentalismos y la intolerancia, contribuye de forma esencial a la hora de formar buenos ciudadanos, libres, demócratas, críticos, solidarios..., y esto es lo que parece siguen valorando, a pesar de las dificultades, las familias y el alumnado, tanto aquí, como en el resto de Europa.
Fernando Jorajuría Zabalza.
Delegado sindical. Federación de Enseñanza USO-Navarra.
