Es decir, alrededor del 80% del alumnado que cursa estudios de primaria, secundaria y bachillerato, y a pesar de las polémicas surgidas en los últimos tiempos en torno a la necesidad o no de eliminar la asignatura de Religión del programa educativo, deciden cursarla.
Las familias parece que intuyen, y es de agradecer, que la asignatura de Religión Católica colabora de modo real, junto con las otras disciplinas educativas, en la formación integral de sus hijos e hijas. Parece que valoran también, la profesionalidad del profesorado de Religión, que a pesar de su inestabilidad laboral, siguen al pie del cañón con implicaciones en los centros incluso más allá de la propia asignatura.
En ese sentido, y a pesar que no ser noticia habitual en los medios, hemos de recordar las innumerables actividades que impulsadas por el profesorado de Religión, van completando la formación académica y personal del alumnado. Sirvan de ejemplo las actividades de carácter solidario con los países empobrecidos, alrededor del Camino de Santiago, Viaje a Narnia, profundizando en la figura de san Francisco Javier, alrededor de la PAZ, acercándose a diversas realidades sociales como los discapacitados, la cárcel, los ancianos etc.
Toda esta realidad debe ser tenida en cuenta como aportación positiva de una asignatura y de unos profesionales metidos de lleno en una realidad, como la educativa, no siempre fácil.
Fernando Jorajuría Zabalza
Delegado sindical de USO